El Director General de Agricultura y Desarrollo Rural de la Comisión Europea, el español José Manuel Silva Rodríguez, confirmaba ayer en el congreso de economía agraria que se celebra estos días en Madrid que el presupuesto para investigación agroalimentaria contemplado en la propuesta de Política Agraria Común (PAC) para el periodo  2014-2020 se multiplicará por tres respecto al periodo anterior, ascendiendo a un total de 4.500 millones de euros. Las prioridades estratégicas pretenden ser: seguridad alimentaria, bio-economía y agricultura sostenible.

Todo queda condicionado al periodo de negociación que se abre el día 12 de Octubre con la presentación formal de la propuesta de reforma de la PAC y que durará hasta finales de 2012 donde se acordará la reforma definitiva, pero no cabe duda de que se trata de una gran noticia para el sector agroalimentario, que necesita de la investigación y la innovación para responder a las exigencias crecientes de la sociedad europea.

Comentaba también que la diferencia entre la I (Investigación) y la i (innovación) es que la primera cuesta dinero y la segunda genera dinero. La investigación agraria española se viene centrando tradicionalmente en la I grande y descuidando la i pequeña. La mejora de los mecanismos de transferencia del conocimiento es esencial para hacer llegar los resultados de la investigación agraria aplicada a los que tienen capacidad de desarrollarla (D de Desarrollo), los agricultores, ganaderos, cooperativas e industrias, que son además los principales interesados en incorporar la innovación a sus procesos productivos y hacer así más competitivas y rentables sus empresas en un contexto tan cambiante. Apostar por la i pequeña para acortar la brecha entre los resultados de la investigación agroalimentaria y los operadores de la cadena debe traer beneficios para todos, incluidos los consumidores que financian con sus impuestos este tipo de políticas.