Hace poco tuve la ocasión de conocer el proyecto “Agricultura es mucho más” desarrollado por COAG en las Islas Canarias consistente en la gestión programada de los subproductos animales desde el momento en que se generan hasta su uso final mediante el aprovechamiento de los mismos en explotaciones agrícolas cercanas. El objetivo principal del proyecto era establecer una red integral de asesoramiento técnico en relación al aprovechamiento de estos subproductos ganaderos de cara a su rentabilización como fertilizantes y abonos en explotaciones agrícolas cercanas aprovechando las sinergias existentes en las distintas zonas de producción. 


aes+

El proyecto es realmente innovador ya que propone protocolos de gestión basados en la eliminación del uso de productos químicos de síntesis en favor de productos más benignos y/o prácticas orgánicas respetuosas con los recursos naturales y el medio ambiente, centradas en la fertilización orgánica de los suelos y en la prevención y control de plagas. El programa empezó en la isla de la Palma en 2002 y tuvo una gran acogida. Fruto de esta primera experiencia de varios años, se extendió a Gran Canaria en junio de 2006. Prueba del interés suscitado son cada vez más los agricultores que acuden "motu proprio" al programa. A principios de 2011, el número de explotaciones participantes en el programa se eleva a 75, lo que se corresponde con una superficie cultivada de 237 ha.


Paralelamente, en la isla de Tenerife se ha desarrollado el mismo enfoque metodológico con gran éxito. El número total de granjas y otros puntos de provisión de subproductos ganaderos adscritos al programa es de un total de 12 y el de agricultores es de 23, llegando a una superficie de 30 ha en dicha isla, número que aumenta progresivamente a medida que el proyecto se desarrolla. A través del proyecto se ha conseguido el aprovechamiento, mediante su incorporación en finca, de más de 450 metros cúbicos de distintos tipos de estiércol, así como de cerca de 30.000 litros de purines de cerdo y de 2.000 de sueros de leche.


Este es un ejemplo claro de cómo, con pequeños proyectos coordinados, planificados y gestionados con sensatez, se pueden conseguir grandes avances en la mejora de la estructura de costes de nuestra agricultura, contribuyendo además a una mayor conservación de los recursos naturales, al desarrollo de una producción más sostenible y respetuosa con medio ambiente local y al desarrollo de una producción baja en emisiones mucho más competitiva y más legitimada socialmente. La sociedad demanda procesos de producción más sostenibles. Si además estos procesos son menos costosos para los agricultores, mejor que mejor. Sin ellos no hay agricultura, y sin agricultura, nada. Tal y como expresa el propio título, la agricultura es mucho más de lo que parece. Ahora toca replicar los buenos ejemplos.