Durante los últimos meses hemos podido contemplar distintos sucesos que evidencian que la . Más allá de las tensiones generadas entre los distintos Estados Miembros por el comportamiento de los mercados financieros y las grandes oscilaciones de la prima de riesgo de algunos países como España europeos.

El de las autoridades alemanas de la región de Hamburgo hacia las frutas y hortalizas españolas por la existencia de la (o caso de la bacteria alemana, como nos gusta llamarlo a la gente del sector) o los evidencian la falta de un espíritu común de desarrollo y cohesión territorial por el que tanto tiempo se lleva trabajando en la Unión Europea.

Da la sensación de que cada Estado Miembro entiende la Unión a su manera y plantea las reuniones y negociaciones en Bruselas con el pensamiento único de arrancar el máximo para su país, menospreciando así el interés común y espíritu colectivo con el que en sus orígenes se constituyó la Unión Europea.

El contexto global a medio y largo plazo exige una Unión Europea fuerte y unida para afrontar los nuevos retos que exigirán el desarrollo económico imparable de países como China, India o Brasil y los desafíos de desarrollo sostenible de los distintos paíss, asñi como la alimentación de una población en crecimiento exponencial y cada vez más exigente. Ya lo veremos.