El pasado martes 7 de marzo tuve la suerte de asistir en Bruselas a la conferencia organizada por la Dirección General de Agricultura de la Comisión Europea sobre investigación e innovación en la agricultura celebrada bajo el lema “Enhancing Innovation and the Delivery of Research in European Agriculture”. En ella se explicaron las líneas directrices que marcarán la política de la Comisión Europea en este ámbito a través de las European Innovation Partnerships (EIPs) y, en concreto, mediante la EIP de la agricultura. Las EIPs conforman un planteamiento innovador en materia de investigación e innovación que persigue dos objetivos fundamentales: afrontar grandes retos sociales y hacerlo mediante la mejora de la competitividad europea. LA EIP de la agricultura, enmarcada dentro del segundo pilar de la Política Agraria Común (PAC), apoyará en mayor medida aquellos proyectos formados por consorcios entre los que se encuentren los agentes implicados del sector (los agricultores entre ellos), los centros de investigación y las Universidades con el objetivo de reducir la brecha existente entre las materias investigadas y las necesidades reales de los principales agentes implicados en la actividad agraria.

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De las numerosas ponencias que se presentaron (pinchar aquí para acceder), llamó especialmente la atención la de la investigadora y consejera científica del presidente de la Comisión Europea Anne Glover. En ella manifestó que debía pasarse de hablar de transferencia del conocimiento al intercambio del conocimiento con los agricultores. El cambio en la innovación, afirmó, no se consigue si no hay demanda, por lo que debe haber una mayor implicación de los agricultores en el proceso desde el principio. Además, continuó, los agricultores deben compartir conocimientos e información con los investigadores y políticos, son clave en este proceso. Éstos han de demandar innovación y se deben cambiar comportamientos. Los agricultores deben aparecer en los medios de comunicación para explicar lo que necesitan. Los consumidores deben asumir que desperdiciar el 30% de los alimentos que se producen, como se hace en la actualidad, es algo que nuestra sociedad no se puede permitir hoy en día. El propio ministro de agricultura de Polonia, presente en la sala, manifestó que desperdiciar los alimentos de esta forma era un insulto a los agricultores.


Para la Comisión Europea, el reto más importante es mejorar la productividad de forma sostenible. Es de alabar que la política de investigación e innovación en agricultura de la Comisión Europea persiga contar con los agricultores desde el primer momento en la búsqueda de estos objetivos. Pero para ello, como dice la profesora Glover, se han de cambiar comportamientos. Y no sólo los de consumidores y agricultores, también los de los investigadores, los cuales deben tener en cuenta que, en el futuro, sus trabajos se valorarán más si resuelven problemas reales de la agricultura y si para su elaboración cuentan con los agricultores desde el primer momento. La I+D+i en la agricultura es muy necesaria para toda la sociedad. La agricultura con agricultores también. Y sin agricultura, nada.