Hace unas semanas el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente organizó una jornada sobre el futuro del sector lácteo en España tras la eliminación de las cuotas en 2015. Fue una de esas jornadas que uno echa de menos que se organicen en el Ministerio con más frecuencia. Para este y para el resto de sectores. Siempre pensé que la Subdirección de análisis y prospectiva serviría para ello. Ponentes de primer nivel y gran afluencia de representantes del sector fueron suficientes, pero de todas las ponencias sorprendió la del consultor argentino Hugo Quatrocchi sobre el mercado mundial de la leche. En ella lanzó algunos datos y reflexiones de gran interés.
Foto de www.ganchitosypepsiboom.com
¿Está España preparada para afrontar el futuro en del sector lácteo? Difícil de responder, pero muchos factores parecen indicar que queda trabajo por delante. España está en el grupo de países del mundo con costes de producción más elevados. El sector ha hecho un esfuerzo brutal en los últimos años para producir más leche en menos granjas, siguiendo la tendencia mundial de mejorar la productividad enfocada a satisfacer una nueva demanda de 20 millones de toneladas anuales a escala global (12 por incremento del consumo y 8 por aumento de la población). Nuestra demanda interna de productos lácteos es de 9 millones de toneladas y nuestra producción de 6. Además parece que el consumidor valorará mucho el origen y el modo de producir. Eso puede ser una ventaja.
A nivel global hay muchas realidades diferentes. Mientras que el número medio de vacas por explotación es de 2,3, hay empresas multinacionales como Fonterra, Nestlé o Danone que están comprando fincas y desarrollando explotaciones lácteas de 10.000-15.000 vacas en países como Rusia, Mongolia, China o Uruguay. Los grupos de inversión llevan tiempo entrando en el sector. La volatilidad de precios se preve que vaya en aumento. El tamaño parece que será importante pero, tal y como advierte Hugo, el crecimiento debe basarse en habilidades gerenciales y no en el "crecer por crecer". Una explotación pequeña que funcione mal y crezca, lo único que conseguirá será hacer más grandes sus problemas. Sobrevivirá sólo el que mejor se adapte.
Hace unas semanas el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente organizó una jornada sobre el futuro del sector lácteo en España tras la eliminación de las cuotas en 2015. Fue una de esas jornadas que uno echa de menos que se organicen en el Ministerio con más frecuencia. Para este y para el resto de sectores. Siempre pensé que la Subdirección de análisis y prospectiva serviría para ello. Ponentes de primer nivel y gran afluencia de representantes del sector fueron suficientes, pero de todas las ponencias sorprendió la del consultor argentino Hugo Quatrocchi sobre el mercado mundial de la leche. En ella lanzó algunos datos y reflexiones de gran interés.
Foto de www.ganchitosypepsiboom.com
¿Está España preparada para afrontar el futuro en del sector lácteo? Difícil de responder, pero muchos factores parecen indicar que queda trabajo por delante. España está en el grupo de países del mundo con costes de producción más elevados. El sector ha hecho un esfuerzo brutal en los últimos años para producir más leche en menos granjas, siguiendo la tendencia mundial de mejorar la productividad enfocada a satisfacer una nueva demanda de 20 millones de toneladas anuales a escala global (12 por incremento del consumo y 8 por aumento de la población). Nuestra demanda interna de productos lácteos es de 9 millones de toneladas y nuestra producción de 6. Además parece que el consumidor valorará mucho el origen y el modo de producir. Eso puede ser una ventaja.
A nivel global hay muchas realidades diferentes. Mientras que el número medio de vacas por explotación es de 2,3, hay empresas multinacionales como Fonterra, Nestlé o Danone que están comprando fincas y desarrollando explotaciones lácteas de 10.000-15.000 vacas en países como Rusia, Mongolia, China o Uruguay. Los grupos de inversión llevan tiempo entrando en el sector. La volatilidad de precios se preve que vaya en aumento. El tamaño parece que será importante pero, tal y como advierte Hugo, el crecimiento debe basarse en habilidades gerenciales y no en el "crecer por crecer". Una explotación pequeña que funcione mal y crezca, lo único que conseguirá será hacer más grandes sus problemas. Sobrevivirá sólo el que mejor se adapte.