En los últimos tiempos empieza a hablarse con mayor intensidad y en distintos foros de la necesidad de potenciar la “marca España” en el extranjero. En el día de hoy, se ha celebrado en el Ministerio de Agricultura una interesante jornada sobre internacionalización de la marca España enmarcada dentro del ciclo de conferencias conocidas como #anticipa2. El sugerente título era: “internacionalización ¿aventura o necesidad? y en ellas ha habido una gran afluencia de público que la ha seguido de forma presencial y a través de las redes sociales. Allí se han abordado distintas experiencias en relación al posicionamiento de los productos agroalimentarios españoles en el exterior. Yo he sacado dos conclusiones principales. 1º: Los asistentes han salido con el convencimiento unánime de que hay muchas posibilidades para nuestros productos y empresas y, por tanto, mucho trabajo por hacer. 2º: La promoción de nuestros alimentos en el exterior se ha de hacer bajo una misma imagen/logo/marca que sea reconocible y valorada en el exterior.
Foto de Miguel Flavián - Experto en cadena y distribución alimentaria
En este sentido, quisiera destacar la espectacular intervención de Raúl Peralba, autor de algunos libros como “El posicionamiento de la marca España y su competitividad” o “KICS Principle” (Keep it Simple, Stupid). Nunca había oído hablar de él y me ha parecido un conferenciante magistral. Su presentación ha sido ágil, divertida y, sobre todo interesante, utilizando citas geniales y poniendo ejemplos muy simples. De ellas destaco algunas frases como “la clave de la competitividad es ser diferente en la mente de cada uno de los clientes, a los que hay que convencer de uno en uno tratando de pensar como ellos, poniéndonos en su piel” o “España debe explotar sus atributos naturales sin necesidad de imitar o copiar a nadie: somos un país de sol, pasión, emoción, vitalidad, ocio, altruismo, afabilidad, calor humano, confianza, simpatía, en definitiva, un país de buena gente, un país para vivir; explotémoslo alineando la estrategia de las empresas y de la administración en torno a la marca España. Me ha encantado su propuesta de promoción del aceite de oliva en Estados Unidos donde se venden buenas cantidades de aceite español envasado por empresas italianas tratando de afrontar esa realidad de forma positiva con dos frases geniales: “los italianos son los que más saben de aceite de oliva en el mundo, por eso nos lo compran a nosotros” o “hace 2000 años los romanos eran nuestros mejores clientes, hoy lo siguen siendo”.
Se han comentado varios casos de ferias internacionales de productos agroalimentarios en las que había stands de productos de diferentes Comunidades Autónomas (y ninguno de productos españoles en general) tratando de competir con stands de productos italianos, alemanes, franceses, etc. Todos los ponentes han coincidido en señalar que ésta ha sido, sin duda, una estrategia desacertada. En cualquier caso, mucho se ha hablado y se habla de poner en valor la marca España en el extranjero, pero poco se ha hablado de hacer lo propio dentro de nuestras fronteras. La foto muestra cómo en otros países, las marcas apuestan por valorizar sus producciones y sus productos incluso en el mercado interior. ¿Creen que sería posible hacer algo parecido aquí en España? ¿Lo valorarían realmente los consumidores? Estoy seguro de que la crisis puede servir para que los consumidores valoren aún más la importancia que tiene para nuestra economía el hecho de comprar productos de aquí. ¿Para cuándo la marca España?
En los últimos tiempos empieza a hablarse con mayor intensidad y en distintos foros de la necesidad de potenciar la “marca España” en el extranjero. En el día de hoy, se ha celebrado en el Ministerio de Agricultura una interesante jornada sobre internacionalización de la marca España enmarcada dentro del ciclo de conferencias conocidas como #anticipa2. El sugerente título era: “internacionalización ¿aventura o necesidad? y en ellas ha habido una gran afluencia de público que la ha seguido de forma presencial y a través de las redes sociales. Allí se han abordado distintas experiencias en relación al posicionamiento de los productos agroalimentarios españoles en el exterior. Yo he sacado dos conclusiones principales. 1º: Los asistentes han salido con el convencimiento unánime de que hay muchas posibilidades para nuestros productos y empresas y, por tanto, mucho trabajo por hacer. 2º: La promoción de nuestros alimentos en el exterior se ha de hacer bajo una misma imagen/logo/marca que sea reconocible y valorada en el exterior.
Foto de Miguel Flavián - Experto en cadena y distribución alimentaria
En este sentido, quisiera destacar la espectacular intervención de Raúl Peralba, autor de algunos libros como “El posicionamiento de la marca España y su competitividad” o “KICS Principle” (Keep it Simple, Stupid). Nunca había oído hablar de él y me ha parecido un conferenciante magistral. Su presentación ha sido ágil, divertida y, sobre todo interesante, utilizando citas geniales y poniendo ejemplos muy simples. De ellas destaco algunas frases como “la clave de la competitividad es ser diferente en la mente de cada uno de los clientes, a los que hay que convencer de uno en uno tratando de pensar como ellos, poniéndonos en su piel” o “España debe explotar sus atributos naturales sin necesidad de imitar o copiar a nadie: somos un país de sol, pasión, emoción, vitalidad, ocio, altruismo, afabilidad, calor humano, confianza, simpatía, en definitiva, un país de buena gente, un país para vivir; explotémoslo alineando la estrategia de las empresas y de la administración en torno a la marca España. Me ha encantado su propuesta de promoción del aceite de oliva en Estados Unidos donde se venden buenas cantidades de aceite español envasado por empresas italianas tratando de afrontar esa realidad de forma positiva con dos frases geniales: “los italianos son los que más saben de aceite de oliva en el mundo, por eso nos lo compran a nosotros” o “hace 2000 años los romanos eran nuestros mejores clientes, hoy lo siguen siendo”.
Se han comentado varios casos de ferias internacionales de productos agroalimentarios en las que había stands de productos de diferentes Comunidades Autónomas (y ninguno de productos españoles en general) tratando de competir con stands de productos italianos, alemanes, franceses, etc. Todos los ponentes han coincidido en señalar que ésta ha sido, sin duda, una estrategia desacertada. En cualquier caso, mucho se ha hablado y se habla de poner en valor la marca España en el extranjero, pero poco se ha hablado de hacer lo propio dentro de nuestras fronteras. La foto muestra cómo en otros países, las marcas apuestan por valorizar sus producciones y sus productos incluso en el mercado interior. ¿Creen que sería posible hacer algo parecido aquí en España? ¿Lo valorarían realmente los consumidores? Estoy seguro de que la crisis puede servir para que los consumidores valoren aún más la importancia que tiene para nuestra economía el hecho de comprar productos de aquí. ¿Para cuándo la marca España?