Hoy día 5 de junio, se celebra el día mundial del medio ambiente declarado por Naciones Unidas para concienciar a la sociedad sobre la necesidad de cuidar el medio ambiente y dejar a nuestros hijos un mundo del que puedan disfrutar, al menos, como lo hemos hecho nosotros. El lema elegido para este año es “siete mil millones de sueños, un solo planeta, consume con moderación”. El sector agroalimentario, una año más, no ha faltado a la cita de sus compromisos con la sociedad. Y los ciudadanos ¿estamos comprometidos?

A los numerosos tweets que se pueden ver hoy en la red con el hashtag #DMMA2015 se añaden los numerosos actos desarrollados esta semana y previstos para la próxima. El pasado 2 de Junio, AECOC (organización que aglutina a todas las empresas del gran consumo), organizó su III punto de encuentro contra el desperdicio alimentario, cita anual ya consolidada en la que se puede escuchar de primera mano los esfuerzos que realizan las empresas diariamente por mejorar en este ámbito. Por su parte, el Ministerio de Agricultura, celebra la semana que viene su también ya tradicional semana contra el desperdicio alimentario, en la que están previstos numerosos actos de sensibilización al consumidor.

Hasta el momento, el mensaje que está calando en los medios no es el que se pretende con este tipo de campañas. Tras la jornada de AECOC, el titular de varios medios de comunicación apuntaba más al presunto deseo de las empresas de que no se legisle en esta materia, que al gran esfuerzo realizado por parte de los operadores del sector y la administración por reducir las cifras de desperdicio alimentario. Si tenemos en cuenta además que el 40% del desperdicio se produce en los hogares, ¿no deberían enviarse otro tipo de mensajes desde los medios de comunicación? Con el reciclaje y el cuidado del medio ambiente ocurre exactamente lo mismo. Exigimos a las empresas niveles de compromiso muy superiores a los que estamos dispuestos a llegar nosotros como ciudadanos. Si no, no hay más que pensar en lo que uno encuentra en los contenedores de basura cuando va a tirar la suya. Al exigir responsabilidad social a las empresas (que debe ser exigida), uno debe ser coherente y exigírsela también a sí mismo. Feliz día mundial del medio ambiente.

Según los datos recogidos en la ponencia que ofreció el profesor José María Gay de Liébana la semana pasada en el congreso de AECOC para la distribución y el gran consumo, el gasto medio anual de las familias en España pasó de alcanzar su máximo histórico de 32.001€ en el año 2007 a los 28.152€ en 2012, lo que supone una reducción superior al 12%. Gastos habituales en ocio y viajes fueron las que más se redujeron (-21%), mientras que el gasto en vivienda se incrementó un 3,2%. Otros gastos menos habituales como la compra de vehículos cayó un 62% que, junto con la ropa y calzado, experimentaron un descenso importante (33% y 27% respectivamente).

Por su parte, el gasto medio en alimentación de una familia española pasó de 5.143 € a 4.719 €, lo que supone un decrecimiento del 8,2% bastante inferior a la media, debido sobre todo al hecho de tratarse en su mayoría de productos de primera necesidad. Por su parte, el gasto en alimentos y bebidas fuera del hogar se redujo un 19%, lo que ha provocado el cierre de 50.000 bares en España desde que empezó la crisis. Estos datos han provocado además diversos cambios y nuevas tendencias en el comportamiento ya comentados en este blog.

Según las previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI), el consumo privado en España llegará en 2013 a su valor mínimo desde 2009, situándose en el -2,8%. Según este organismo, dicho consumo no arrojará datos positivos hasta 2016, si bien la previsión es que sea muy cercano a 0, mientras que en la zona euro se prevé entrar en números positivos en 2014. La pregunta que muchos se hacen en nuestro sector es ¿cuándo se recuperará el consumo en alimentación de forma definitiva en España? El índice del comercio al por menor publicado recientemente por el INE muestra en el mes de septiembre un crecimiento del 2,2%. ¿Espejismo o primeros síntomas?

La última jornada de #anticipa2 en el @magramagob versó sobre las tiendas de conveniencia, proximidad y tiendas regentadas por extranjeros. Una tienda de conveniencia, según los ponentes de AECOC, es aquella que mantiene la estrategia de aproximarse al consumidor a través de soluciones que proporcionen un ahorro en tiempo y energía, tanto dentro como fuera del hogar, o como dirían algunos, “pequeña tienda abierta 24 donde puedo comprar casi de todo a precios de atraco”, cosa que no es del todo cierta según demostraron. Algunos ejemplos de ello son: Open 25, Tento (21 tiendas de Barcelona que sirven platos pre-cociandos para llevar sólo de 12.00h a 16.00h), la alianza Repsol-Burger King, justeat.es, hiperdirect, etc.

Según los datos de AECOC, la confianza del consumidor está cayendo año tras año y eso está provocando cambios en su conducta. Cada vez más hogares se decantan por la opción precio y controlan mucho más el gasto que realizan fuera del hogar. El hogar es un nuevo centro de ocio y actividades sociales y "se cocina más". Se está procediendo un fenómeno que denominan como “consumidor híbrido”. Ahorramos todo lo que podemos en alimentación y, sin embargo, somos el país con mayor penetración de smartphones de Europa. Productos como las cápsulas de café o las ginebras Premium, de precio mucho mayor, han incrementado sus cuentas de forma importante durante los últimos años. 

Mención aparte merecen las tiendas regentadas por extranjeros, cuya evolución en los últimos años en España ha sido espectacular. El 21% de las tiendas tradicionales de alimentación en España las regentan extranjeros, cifra que alcanza el 70% en Madrid y el 60% en Barcelona y su índice de penetración alcanza ya el 40%. De hecho, el 91% de las tiendas de alimentación que abren en Barcelona las abren los extranjeros. Además, según el estudio de AECOC (ojo con este dato), el 77% de los que compran fruta y verdura en tiendas de extranjeros piensa que la calidad es igual o mejor que la de su tienda habitual. 

Mientras que en la ciudad catalana predominan las tiendas de pakistaníes, en Madrid lo hacen las regentadas por población china, y son muy diferentes. La comunidad china se organiza mejor que la pakistaní a la hora de expandir su comercio y buscan las ubicaciones que dejan las sucursales bancarias que se van cerrando. El objetivo de ambos es ganar dinero cuanto antes y volverse a su país. Sin embargo,  el trato que dan al producto es muy diferente. Los pakistaníes limpian la fruta con aceite y sus tiendas están limpias, ordenadas y muy bien iluminadas. Son capaces de reubicar el producto dentro de la misma en función de la hora para que el consumidor se tope con los productos propios de cada momento del día. No cabe duda de que este fenómeno es una oportunidad para el fabricante, Sin embargo, para el distribuidor es un competidor. Seguiremos atentamente su evolución.

Esta semana se ha celebrado en Madrid #tecnomarketing 2012, el congreso del marketing y la estrategia comercial organizado por AECOC (Asociaciacion de fabricantes y distribuidores) bajo el lema “adaptarnos a un nuevo mercado” centrado fundamentalmente en la distribución y venta de productos agroalimentarios. Aunque os asitentes tuvimos la oportunidad de asistir a un gran número de conferencias de gran interés, la ponencia estrella era a priori la realizada por Tim Harford, economista y escritor del best-seller titulado “El Economista Camuflado”, un ensayo de obligada lectura para los amantes de la economía, sobre principios básicos de economía cotidiana, con un enfoque pragmático, que ha vendido 600.000 ejemplares en más de 25 idiomas. Tim Harford es además columnista del prestigioso periódico británico Financial Times.

He de reconocer que las expectativas creadas eran tan grandes que, en cierta manera, me dejó un poco “insatisfecho”. Sin embargo, apoyándose en una puesta en escena muy cuidada y gracias a una exposición didáctica y sencilla, expuso su teoría sobre cómo el método de experimentación basado en el ensayo-error es el que, a su juicio, ha funcionado históricamente en economía. “La economía dejó de funcionar cuando se decidió que algunas grandes empresas no podían fracasar; nos hubiera ido mejor dejandolas caer; hay que experimentar para progresar, siendo conscientes de que fracasaremos en muchas ocasiones”, dijo.

Me parece una reflexión interesante. Experimentar siginifica investigar e innovar. Muchos coinciden en que ese es el camino para salir de la crisis. La agricultura no debe ser ajena a este proceso. En la situación actual de crisis que afecta de forma importante al consumo, da la sensación de que los políticos y las personas con capacidad para tomar decisiones no tienen la certeza de cuál de los caminos a elegir puede ser el que nos lleve al fin de la crisis. La situación es nueva para muchos y no existen recetas que garanticen el éxito. Incluso parece que nuestros políticos estuvieran utilizando el método que propone Tim Harford a la hora de tomar decisiones (ensayo-error). El tiempo dirá quien estaba en lòo cierto y quien se equivocaba, pero mientras, el grado de desconfianza sobre la clase política sigue creciendo entre los ciudadanos y no está nada clara la magnitud del crédito del que disponen aún los gobiernos. Lo que está claro es que, tal y como reza el lema del congreso, deberemos estar muy atentos para adaptarnos al nuevo mercado. El problema es que aún no tenemos claro como va a ser este después de esta crisis sin precedentes.