1. El nuevo código de buenas prácticas comerciales ha sido negociado por las organizaciones más representativas de la producción, industria y distribución alimentarias en España bajo la tutela del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. En concreto, las organizaciones agrarias COAG, ASAJA y UPA, las Cooperativas Agroalimentarias, la federación de industrias de alimentación y bebidas – FIAB y las asociaciones de la distribución ASEDAS, ANGED y ACES han mostrado una vez más su capacidad para llegar a acuerdos en beneficio de un mejor funcionamiento de la cadena agroalimentaria.

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2. El código de buenas prácticas es, tal y como preveía la Ley de la cadena, de suscripción voluntaria para todos los operadores de la cadena agroalimentaria que deseen autolimitarse en su capacidad de negociación y basar sus relaciones comerciales en prácticas leales reconocidas en el código. Supone por tanto un ejercicio de compromiso sin precedentes de las empresas con los consumidores y con el conjunto del sector agroalimentario.

3. El código recoge compromisos para todos los eslabones, que se someten a un mecanismo privado de resolución de conflictos que establece sistemas de mediación y arbitraje para resolver posibles discrepancias o incumplimientos del código. Además, para la primera compra de productos frescos y perecederos en determinadas circunstancias, el código prevé un mecanismo de mediación de precios previo a la firma del contrato.

4. Las empresas y asociaciones que se adhieran al código podrán utilizar la mención “Acogido al Código de Buenas Prácticas Mercantiles en la Contratación Alimentaria” y el logo que se cree al efecto, no estando previstas otras compensaciones por parte de las Administraciones Públicas.

5. El código prevé la creación de un comité de seguimiento amparado por el Ministerio de Agricultura en el que se dará cuenta del cumplimiento del mismo por parte de las empresas y se evaluará su efectividad a lo largo de los próximos años.

El secreto de los agricultores tranquilos da nombre a una exitosa campaña publicitaria que puso en marcha la organización agraria COAG hace algo más de un año. El anuncio, al que se puede acceder pinchando en la imagen, desvela el secreto de los agricultores tranquilos, el seguro agrario. En épocas como la actual, cuando la acuciante sequía amenaza con arruinar gran parte de las cosechas, es cuando muchos se acuerdan de una herramienta de gran utilidad para su gestión como es el seguro agrario.

 

En la mayor parte de los casos, la actividad productiva se desarrolla al aire libre y depende por ello directamente de la incidencia que sobre ella tienen determinados factores climatológicos de difícil control como las heladas, el pedrisco, la sequía o las inundaciones. Vivimos además en un país con gran variabilidad climática donde predomina un clima de tipo mediterráneo con escasez de precipitaciones y altas temperaturas en la mayor parte del territorio. Además, la variabilidad interanual de los distintos fenómenos climatológicos es considerablemente elevada.

En España tenemos el sistema de seguros agrarios más avanzado del mundo. En la actualidad todas las producciones agrícolas y ganaderas son asegurables en nuestro país frente a la práctica totalidad de riesgos. No en vano, durante el año 2010 se suscribieron en España un total de 475.000 pólizas de seguros agrarios (220.000 ganaderas y 255.000 agrícolas), alcanzando un valor total de 11.000 millones de euros de producción asegurada. El seguro agrario puede y debe ser una herramienta de gran utilidad para garantizar la estabilidad de las rentas de las explotaciones agrarias en la actualidad.

El secreto que guardan los agricultores tranquilos no es más que un sistema construido desde hace casi 35 años por administraciones, empresas aseguradoras y agentes del sector. Los niveles de contratación son todavía muy bajos en algunos sectores agrarios y se debe trabajar por incrementarlos año tras año. La idoneidad de este tipo de campañas de gran valor creativo es más que evidente. Se trata de una herramienta que debe llegar dada día a más agricultores y ganaderos a pesar de que debe ser mejorada y adaptada continuamente. Ellos la necesitan para seguir produciendo con tranquilidad y nosotros los necesitamos a ellos porque son los responsables de nuestra agricultura y nuestra alimentación. Recordemos que sin agricultura, nada.

Agricultura es alimentación. Ninguno de los ponentes invitados a la asamblea dejó de destacar la idoneidad del lema elegido. Desde el Director General de agricultura de la Comisión Europea, José Manuel Silva, hasta el Coordinador General de Izquierda Unida y ex - secretario general de COAG, Cayo Lara, pasando por el propio Ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete.

Resulta curioso vivir una asamblea de este tipo. En ella se junta una bajo la única idea de vivir dignamente de su trabajo y alimentar al conjunto de la población. Sus premisas son muy claras. Dejad en nuestras manos vuestra alimentación, no os arrepentiréis. De paso cuidaremos de los pueblos y del medio rural para cuando queráis venir a visitarnos. Confiad en nosotros. Y si cuidáis de nosotros un poco más, mejor que mejor.

 

El propio Ministro de Agricultura reconocía que, en su anterior etapa en el cargo, dada la importancia de la cuestión, tenían preparada  Destacó cómo algunas otras profesiones son valoradas de forma notable por la sociedad. Los médicos por ejemplo. Y se comprometió a trabajar por legitimar y dignificar esta noble profesión bajo la premisa de que la agricultura es la base de la alimentación, y la alimentación es esencial en nuestras vidas. Es decir, que sin agricultura, nada.