Ala, ya pasó la campaña. Hoy día de reflexión (que nunca entendí), mañana a votar (los pocos que lo hacemos), y el lunes a comentar la jugada (si el fútbol lo permite) con los periódicos encima de la mesa y titulares en los que todos (o casi) dicen haber ganado -los que se han presentado, claro está-. Gane quien gane, aunque sea la democracia, algunos pensamos ya en una nueva oportunidad perdida. Tal y como recoge hoy en El Mundo Enric González, en esta campaña hemos podido aprender cosas que no conocíamos de los candidatos de PP y PSOE, pero de Europa y sus respectivas visiones para el futuro de sus ciudadanos, nada. De nuestro sector agroalimentario y de la defensa de sus intereses en Europa, nada de nada. 

Como bien dice Enric, “no ha quedado muy claro si el PP o el PSOE están o no por la creación de un núcleo de países que avancen en la integración, si proponen un reforzamiento de la Comisión a costa del Consejo o al revés, si creen necesario revisar las atribuciones del Banco Central o no, si creen que la política migratoria interna y externa requiere cambios”. Y es que, pensándolo bien, el objetivo de los políticos en campaña electoral es conseguir votos, y para eso hay que hablar de cosas cercanas a la gente, cosas que la sociedad entienda y que le afecten a diario. Ese es para mí el gran problema. Que Europa está todavía muy lejos de la mente de la gente. En España seguro, en el resto de países de la Unión Europea, parece que también.

Sin embargo, una vez más, un tema tan importante y cercano como nuestra alimentación, ha vuelto a pasar desapercibida. El 2º sector más importante de nuestra economía merece algo más que apariciones fugaces en programas de la Sexta para remover las vergüenzas (las pocas que hay) y nunca para lucir un sistema agroalimentario que nos permite, gracias al trabajo de muchos, disponer diariamente de una gran variedad de productos de grandísima calidad, absolutamente sanos, totalmente seguros, a precios razonables y a pocos metros de casa (cosa nada fácil). Y es que, como dice el refrán, nadie se acuerda de Santa Bárbara hasta que truena. Sólo cuando tenemos pepinos con e.coli o vacas locas nos damos cuenta de la importancia de lo que tenemos diariamente entre manos. Una pena. 

El Consejo de Ministros aprobó el pasado viernes el proyecto de Ley de representatividad del sector agrario y de creación del consejo asesor agrario, que pretende regular el procedimiento de consulta para determinar la representatividad de las Organizaciones Profesionales Agrarias (OPAs) en el ámbito estatal. Tal y como ha trascendido, la consulta se verificará mediante voto personal, directo, secreto y de forma presencial, ya sean personas físicas o jurídicas. Habrá una mesa de consulta en cada capital de provincia y tantas mesas comarcales como sean necesarias según ha manifestado el gobierno. Se amplía el censo de votantes a todos los profesionales de la agricultura, el cual será elaborado previamente. El Proyecto de Ley deroga la Ley de 2009 sobre los órganos consultivos en el ámbito agroalimentario.

Según se ha anunciado, serán consideradas organizaciones profesionales agrarias representativas de ámbito estatal, aquellas que obtengan, al menos, un 15% de los votos válidos emitidos en la consulta en todo el Estado y, al menos, un 5% en seis Comunidades Autónomas. La distribución de los representantes en el órgano consultivo de futura creación será proporcional a los votos obtenidos. La consulta se celebrará cada 5 años y servirá para determinar la composición del Consejo Agrario, que sustituirá al actual Comité Asesor Agrario y que estará compuesto por 10 consejeros nombrados por el Ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, que ostentará la presidencia del mismo. 

Parece que el Ministro Arias Cañete sigue adelante con su idea de medir la representación de las OPAs en el campo a nivel estatal. Son muchas las dudas que surgen al analizar la información recogida por los medios. ¿Puede una mera consulta (no son elecciones) de estas características servir para medir legalmente la representatividad de OPAs? ¿Cómo se elaborará el censo de votantes? ¿Cómo se podrán simultanear votos de personas físicas con votos de personas jurídicas? ¿Hay dotación presupuestaria suficiente para la elaboración de la consulta? El gasto de concurrencia a estas elecciones supondrá sin duda un esfuerzo económico para las OPAs ¿hay presupuesto suficiente para ellas? ¿Será el mismo para todas? Además, supondrá una dedicación casi exclusiva de sus dirigentes y trabajadores durante proceso electoral (o de consulta) ¿cómo afectará a los trabajos que están desarrollando en numerosos ámbitos de la cadena agroalimentaria y del sector primario? Y la más importante para mí, ¿tiene el Ministerio un plan de futuro que garantice la continuidad y estabilidad de las OPAs y de la importante labor que llevan años realizando después de la consulta? 

El pasado 27 de Diciembre, el Ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Me parece un gran acierto. La capacidad de comunicación, información y transferencia del conocimiento es el recurso clave de la nueva era digital. 


En mi opinión, además de las empresas, las administraciones públicas deben trabajar en profundidad sus políticas de comunicación con el objetivo de ser absolutamente transparentes con sus administrados directos y con el conjunto de ciudadanos, cansados del bombardeo mediático de las últimos meses en relación a los casos de presunta corrupción destapados en nuestro país. La Administración Pública, y en concreto el Ministerio de Agricultura, debe hacer hincapié en comunicar y hacer partícipe de todas sus actuaciones a los distintos agentes del sector. Como se afirma en tratados de marketing, el cliente ya no es un sujeto pasivo que sólo consume lo que le ofrecen, sino que quiere participar en la creación del producto o servicio. Ante un año 2012, en el que la agenda agraria parece que no dará ningún respiro, el trabajo conjunto, el debate constructivo, la transparencia, la lealtad institucional y el esfuerzo común, son elementos clave para alcanzar unos resultados favorables para nuestro sector agrario en un año clave como este.
 
Las técnicas de información y comunicación y su desarrollo, son el elemento esencial necesario para comprender y hacer comprender los cambios que se están produciendo en los sistemas económicos y en el conjunto de la sociedad. En los últimos años, las vías y medios de comunicación están cambiando a gran velocidad. La opinión se está desplazando de los medios tradicionales hacia las redes sociales, portales web 2.0 y foros especializados, extendiéndose de forma increíblemente rápida a través de internet. Por suerte, el Ministerio de Agricultura tiene ya una herramienta potentísima y perfectamente adaptada y preparada para responder a los retos de su política de comunicación futura. La red de profesionales del sector agroalimentario CHIL. Espero y deseo que el nuevo equipo de gobierno del Ministerio de Agricultura apueste de forma decidida por este proyecto. Agricultura y vanguardia pueden y deben ir de la mano y, tal y como recoge la sentencia de los comunicadores sociales, “si no cuentas lo que haces, otros comentarán lo que no haces”.